martes, 3 de noviembre de 2009

Aliento de desamor


"No te preocupes, el desamor siempre es así. Sin darte cuenta comienzas a añorar lo que antes era invisible, empiezas a extrañar lo que antes era olvido. Vives de miseria, de recuerdos, de ansia de volver a lo que antes era. Pero nunca pasa. El desamor es una constante angustia. La melancolía y el dejarte llevar por los pensamientos dolorosos son malos compañeros de viaje. Siempre te acaban jodiendo. Al final lo único que puedes hacer es tratar de soslayar esos pensamientos, hacerte ver de que no importan, que no existen, que no son reales. Pero no sirve. Con el desamor ocurre como cuando tomas consciencia del acto de respirar. De repente, lo que hasta entonces ha sido un acto involuntario que no ha copado ni una ínfima parte de tus pensamientos pasa a ser algo de lo que te tienes que encargar, una carga más sobre tu espalda dolorida. Ya no puedes respirar si no respiras, si no te dices a tí mismo –yo respiro, yo estoy respirando, ahora, inhalo, exhalo, inhalo....- Sabes que es algo que pasará, que de repente volverás a respirar nomal, sin darte cuenta. Pero no sabes cuándo y no puedes saberlo porque el intertar dejar de lado algo que es consciente conlleva en sí mismo el tenerlo más consciente que nunca. La tormenta que no cesa. Dices –no, no- y piensas en algo alegre, algo práctico, un problema matemático, nada de hombres ni de sentimientos. Quieres pensar en algo que esté en otro plano, en otro registro. Pero la intención de centrarte en un pensamiento para minimizar otro que ya está actuando es inútil, solo demuestra la necesidad de tu agonía y la suficiencia de tu desamparo. Con eso sobra. Solo queda llorar, de momento solo eso. No hay después."


RAFA GISBERT. Inédito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario