viernes, 13 de noviembre de 2009

Bancarrota, tabaco y teología de la liberación.




Hoy no salí, estoy en bancarrota y pienso ahorrar los pocos euros que me quedan de este mes para un viaje muy deseado, aunque son tantos los que deseo... Fumo otro cigarro, ya son muchos esta noche, para el vicio no hay crisis no se escatima en lo que nos da vida, no se repara en gasto hacia lo que en su ausencia todo gasto parece superfluo. Bancarrota. Teología de la liberación, una novedosa (y acallada) manera de ver la teología, como fenómenos social, de marcado carácter marxista; sin progreso material no puede haber progreso espiritual, por tanto el deber primordial de la teología ha de ser el proporcionar la equidad económica antes de perseguir sus pretensiones proselitistas de carácter. Tiene lógica. Tiene lógica que el Vaticano la censure y haya secuestrado las cátedras de quienes osan pensar esto en voz alta. Qué más da, ya todos sabemos demasiado sobre tantas cosas....

Hoy llamó Pol, por un momento recordé la cercanía de sus paridas intermitentes en mi piso, por el que entraba una luz tan excelente por la mañana. En mi casa ahora también entra luz, mucha, pero hay ruido, mucho, demasiado, coches, camiones, gritos, altavoces sobre coches que anuncian cosas dispares, no quiero escucharlas pero se hace insoportable. Contra ello me he aprovisionado de una buena ración de huevos junto a la ventana. ¿Quieres anunciar?, anuncia, pero lava el coche, lo próximo será cortarte los cables, a ver cómo anuncias ahora pregonero posmoderno devaluado de mierda.
Violencia, el mundo necesita más violencia. Occidente vive una vida demasiado higiénica, lo que hiere se oculta, los anuncios son felices y la vida parece llevadera en la televisión. La gente muere pero su visión no impacta, se ve tan lejana que no es creíble. Lo asocial no tiene cabido, por eso se lo estigmatiza, como al loco (véase, M. Foucault) un borracho da miedo, solo va ciego de vino mujer, demasiado osado para los inocentes ojos de tu hijita, ¿verdad?, ya le tocará lo suyo, ya tendrá su hora. Todo tiene su tiempo para ser creído (véase, J. Marías, "Tu rostro mañana" ; no he leído nada igual).
Y mientras sueño despierto a medianoche, en bancarrota, rememoro ese culo asomado desde un onceavo piso, reflejando los pensamientos de una persona que aminora la marcha, que realentiza el paso para hacer la marcha más larga. Se echa de menos, eso es cierto, pero no se si a esa persona o a la imagen que cada uno tiene de sí, en ese preciso momento. Los demás se pueden ir al carajo, pero yo sin ellos no valgo nada. Más sexo, más sexo, balanceo, contorsión, exasperación del espíritu, goze singular de quien entrega su amor propio como quien entrega la llave de la última muralla de la ciudad a los cristianos. Y mientras nos movemos, definimos el espacio, lo experimentamos con nuestros cuerpos, nuestros movimientos, tocar, sentir, palpar, caminar actualizando el mundo dotándolo de sentido desde la intencionalidad de nuestra conciencia (gracias Merleu-Ponty).
Caos, ideas inconexas, falta de equilibrio, y sobre todo aburrimiento, es lo que toca hoy, ante todo espera, de mañana, o de pasado. Quién sabe.

1 comentario:

  1. polvorones, yay! más unos kilos! tambien yo estoy totalmente en bancarrota! y quanto más crisis más fumo.

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